El Gobierno de España parece que tuvo que someterse al corsé impuesto por la UE cuando los mercados se mostraron más beligerantes y desconfiadas en lo que la prensa anglosajona bautizó peyorativamente como ‘PIGS’. Después de varios meses en un tenso tira y afloja táctico, España parece haber recuperado parte de la ‘confianza de los mercados’ artificialmente perdida por motivos más allá de lo que realmente sucedía a diario en nuestra economía, siempre a la sombra de los avatares de la eurozona.
Lejos de respaldar las acciones acometidas y los tiempos empleados por el equipo económico encabezado por la Ministra Salgado, debo decir que las decisiones dejan cojos aspectos netamente españoles, como es el alto índice de desempleo. Sin embargo, debo reconocer que el Gobierno de España ha tenido poco margen de maniobra para rechazar las ‘sugerencias europeas’ sobre algunas acciones casi impuestas por criterios escorados a políticas liberales de esferas gobernantes en la capital de la Unión.
Si durante la presidencia de turno, el Gobierno español no supo aprovechar mejor su podio, quizá en este periodo belga de gran incertidumbre europea, por lo menos, haya recogido velas para no estar en el ojo del huracán. ¿Dónde nos deja todo el movimiento desordenado en el seno de una UE caótica y dividida?
A nuestro entender, España tiene un camino muy cuesta arriba. Ya lo pronostiqué cuando en un curso de Habilidades Directivas respondía a una pregunta de uno de los asistentes sobre mi visión de la duración de la crisis. Entonces, avisé que la crisis había comenzado a finales de 2007 y no cuando los políticos decían, y que el desempleo escalaría hasta 2011, sin que se recuperaran los niveles de empleo del 2007 por lo menos hasta finales de 2014. Los hechos parecen avalar mis afirmaciones hechas en la primavera de 2009.
Tras los últimos acontecimientos políticos en España, la cuestión es – ¿Tiene el actual gobierno medios para atajar la crisis y reducir el paro?
Analicemos el aparente balón de oxígeno que parece haberse dado a un gobierno cuya dimisión pedía la oposición mayoritaria, y que hoy, gracias al voto de un par de partidos nacionalistas (PNV y CC), no sólo tiene aprobado el Presupuesto 2011 sino que además, por sorpresa y para disgusto del PP, ha remodelado en profundidad el gabinete con unas incorporaciones de bastante relieve político aunque sin modificación en lo económico. Acertada o no la decisión de los pactos y cambios en los ministerios, la cuestión es que el Presidente Rodríguez Zapatero ha apostado por una política más preocupada a complacer a los mercados que compran la Deuda Pública Española que en los compromisos sociales con la ciudadanía. En parte, parece que no tenía demasiado margen para apartarse en la ‘ruta marcada’ por sus socios europeos más poderosos. Por otra parte, ha colocado a un Ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, con un nuevo equipo que podría prever menos tensión con los sindicatos, después de todas las concesiones hechas a la parte empresarial en la Ley de Reforma Laboral.
¿Sabemos qué bazas juega el ejecutivo en los próximos meses de cara a la aplicación del corsé presupuestario y europeo?
Vislumbro que las negociaciones con los sindicatos avanzarán a paso lento hasta después de las elecciones autonómicas en Cataluña. Dependiendo del voto de castigo que pudiera recibir el brazo del partido confederado en Cataluña, así actuará el líder estatal socialista.
El problema puede ser mayor o menor para Rodríguez Zapatero, según el resultado del 28 Noviembre, para afrontar una remontada o por el contrario, un debacle en las autonómicas en otras regiones en 2011. Hoy, se han reunido los ‘barones socialistas’ en Madrid. Las distintas tácticas deben dar para una única estrategia, tarea nada fácil cuando los intereses autonómicos no todos se enfilan hacia una misma solución de interés estatal.
Lo mismo le sucede al bando contrario, al PP como mayor partido en la oposición. Rajoy tampoco lo tiene fácil para aunar criterios entre líderes regionales que van desde aquellos que se lamen sus heridas de las batallitas internas pasando a otros que no esconden sus vergüenzas por casos flagrantes de excesos que apunta a corrupción en mayúsculas.
Los dos líderes suspenden ante la opinión pública en las últimas encuestas del CIS, ambos superados por líderes que deberían estar en segunda fila. ¿Indica ello que los actuales cabezas de lista del PP y del PSOE han agotado sus posibilidades para ganar en las elecciones generales de 2012?
Diría que no. Más bien, dependerá en gran medida lo que transcurra desde el día después de las elecciones autonómicas catalanas hasta el día después de las elecciones autonómicas de otras regiones en 2011. Será en ese periodo donde podría definirse en un 80% si alguno de los contrincantes deberá descabalgarse y abandonar la carrera hacia La Moncloa para marzo del 2012.
Para ambos, contará muchísimo el hecho que España, como el ave fénix, pueda resurgir de sus cenizas en un plazo más corto o más largo. En caso de un resurgir en 2011, beneficiaría al actual ocupante de La Moncloa. En caso contrario, las puertas de palacio estarán abiertas para su adversario y actual líder de la oposición, todo ello asumiendo que su partido salve el escollo de los turbios recovecos de la corrupción que les asecha.
Hemos entrado en campaña, y lamentablemente, los políticos sólo mencionarán el paro y la crisis para arrimar las ascuas a su sardina, jamás por verdadera preocupación por la ciudadanía que la sufre.
Fernando Fuster-Fabra Fdz.
Estudioso del Comportamiento Humano