1 Euro
CRISIS ECONOMÍCA PARA LA EUROZONA DE LOS 17 Y PARA LOS OTROS 10 SOCIOS DE LA UE …………. Pensar que los socios fuera del Eurogrupo van a librarse de las sacudidas que alcancen al Euro, es desconocer el verdadero funcionamiento interno de la Unión de los 27 y su vasta política común.
Viktor Orban & Herman Van Rompuy
El 17º miembro del Eurogrupo es Estonia, que se ha integrado al Euro a partir del 1º de enero de 2011. Me pregunto si es un presagio del empobrecimiento de la eurozona o el banderazo para el alejamiento de la entrada de los miembros solventes aun en periodo de espera. Si además consideramos que Hungría, un país en la ‘UVI económica’ (20.000 M Euros co-financiados por el FMI, el Banco Mundial y la UE) desde 2008, preside el semestre del Consejo Europeo de gobernantes, los nubarrones parece que no tardarán en llegar.
Hungría arranca con mal pie su presidencia al ser apercibida con dos amonestaciones de Bruselas, una por su polémica nueva ley de prensa (que ahora dice dispuesta de frenar si Bruselas se lo pide) y otra por sus nuevos impuestos (que seguro que piensa que equilibrará su maltrechas cuentas estatales) a las empresas europeas en su territorio. Lo verdaderamente preocupante es que esta situación no sólo resultará incómoda para el gobierno húngaro en su turno de presidencia sino que dice muy poco a favor de la Unión Europea y su modus operandi de gobernanza. A estas alturas, tras un año de funcionamiento del Tratado de Lisboa y en plena crisis económica en su tercer año, las desavenencias internas entre socios de un proyecto común europeo hacen esperar algo peor que las tensiones entre la Comisión Europea y Francia por el asunto de la expulsión de los rumanos en el pasado semestre de presidencia belga.
¿Qué está sucediendo a la Unión y hacia dónde nos están dirigiendo los líderes, tanto del Eurogrupo como del Consejo Europeo?
Mientras los 5 Sabios que asesoran a Ángela Merkel insisten que el problema no es del Euro sino de los países del sur de Europa (PIIGS, Italia incluida) con sus abultados déficits (información que no se ajusta a la realidad general), Nicholas Sarkozy afirma que “la muerte del Euro sería el fin de Europa”. Algo no cuadra cuando los supuestos líderes que imponen el ‘contubernio de Deauville’ para lograr la estabilidad presupuestaria pactada en el 3% entre 2012 y 2013 mandan mensajes distintos sobre el Euro en el marco de la crisis económica internacional.
¿Es importante el Euro sin los estados miembros que lo emplean como su moneda única? Rotundamente, NO.
El Euro se estableció para el servicio de la UE y su ciudadanía, no al revés.
El gran error en el diseño de la unión resultante del Tratado de Maastricht es que se diera prioridad a la moneda única y a los asuntos económicos de los estados miembros entonces (12 en total), por encima de la unión política y social. Seguro que los que participaron en aquellos importantes acuerdos aun vivos (Kohl, Delors, González, Prodi, Soares o Juncker), hoy, lamentan haber dejado para sus sucesores el cierre del círculo entre lo económico, lo político y lo social. El Euro ha sido un instrumento válido aunque en ocasiones la semilla de la discordia a lo largo de su década de existencia. Así quedaron fuera aquellos (Reino Unido & Suecia) que no querían renunciar a su autonomía económica para poder ajustar mediante apreciaciones y devaluaciones sus respectivas monedas. Lo que parece olvidarse es que con el Euro en proceso de consolidación, se forzó la ampliación a 25 (Chipre, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, República Checa) y posteriormente a 27 (Bulgaria & Rumania) porque tal ampliación favorecía en gran medida los intereses geo-políticos de Alemania al llevar el eje del ‘club europeo’ hacia Centroeuropa. Lo cierto es que la necesidad de una estrategia de defensa para la seguridad de la UE pasaba por afianzar el territorio con la incorporación de los ex-estados del Pacto de Varsovia en la Unión y en la OSCE. En un principio, solamente son considerados Checoslovaquia (hoy República Checa & Eslovaquia), Hungría y Polonia, pero después se pensó tanto en el poderío político-militar como económico de la Unión al agregar a otros estados menos preparados para la integración por la improvisación de su incorporación.
Polonia que en su día estaba ansiosa para pertenecer al Eurogrupo, hoy, tras las crisis de Grecia e Irlanda, se ha enfriado en su interés para renunciar al Zloty en favor del Euro. No hay que olvidar que este país ha ido levantando su economía sobre la base de las ayudas europeas (Fondos de Convergencia) y pasará a ser el más beneficiado cuando España deje de percibir los Fondos de Cohesión en 2013. Su crecimiento se ha basado en una actividad industrial ligada a industrias de otros estados de la UE, principalmente Alemania, al tener un coste laboral inferior a otros territorios más desarrollados como son Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España. Además, al mantener su propia moneda, Polonia no ha sufrido las fuertes revalorizaciones del Euro en el cambio con otras monedas referenciales (Dólar USA, Yen o Libra Esterlina) en el comercio internacional.
Por el contrario, Hungría, con un anterior gobierno de izquierdas caótico, no sólo ha desaprovechado mal las ayudas sino que hoy por hoy se encuentra en el punto de mira de los organismos mundiales y de la propia dirección de la UE. El actual gobierno conservador va a ver su labor de presidencia semestral dificultada y probablemente, sus propuestas serán cuestionadas o por lo menos miradas con lupa. A pesar de no estar en la zona de influencia de la moneda única, Hungría siente cada sacudida en el Eurogrupo como si lo estuviera. Lo mismo sucede a los miembros menos desarrollados de Centroeuropa y estados bálticos, que miran al Euro como referente y a los países desarrollados de la Eurozona como sus modelos.
Otra historia es el Reino Unido que se has mantenido firme en mantener su Libra Esterlina para asegurar cierta autonomía en su régimen fiscal y económico. A pesar de su posibilidad de apreciar o devaluar su moneda a antojo, lo que no se puede negar es que el debacle irlandés y los efectos del mismo sobre el Euro han iniciado un maremoto financiero aun no declarado, por la fuerte vinculación de la banca irlandesa a la británica. Quizá sea por esa razón que Cameron ofreciera de inmediato apoyo financiero desde 10 Downing Street nada más estallar la crisis. No se sabe la exacta magnitud de deterioro de la banca británica en sendos devaneos en Islandia, la zona del golfo, la sub-prime norteamericana o inversiones arriesgadas en Asia, por lo que la economía del Reino unido podría estar peor de lo que las agencias de rating le otorgan. Además, antes del año de la alianza entre los Tories y los liberales, el pacto pasa por momentos tensos que pueden acabar (como ya vislumbré al inicio) en una sonada ruptura. De momento, las turbulentas aguas se contienen pero el desajuste interno del tándem gobernante ha sufrido un serio revés en sus respectivas popularidades en favor del laborista Miliband.
Francia tampoco está para tirar cohetes. La insistencia alemana del saneamiento de los déficits estatales no es lo único que está perjudicando el crecimiento del país galo. Su industria está padeciendo el cambio desfavorable del Euro al Dólar USA en sus operaciones de exportación. Además, la competencia china no se limita a la balance favorable al país asiático sino que se intuye que China podría estar detrás del intento de espionaje industrial descubierto en la automovilística gala, Renault.
Para rematarlo todo, Bélgica no ha logrado formar gobierno 6 meses después de sus últimos comicios. El país parece estar dividido en dos, con necesidad de nuevas elecciones que poco harán cambiar la proporción entre flamencos y valones. Los nubarrones son algo más que económicos, al tratarse esta crisis de una seria amenaza de ruptura de uno de los estados fundadores de lo que hoy es la Unión Europea.
En resumen, ninguno de los 27 estará a salvo, ni siquiera Alemania que presume de un crecimiento del PIB en 2010 y creación de empleo, si la UE es incapaz de establecer una reglamentación económica común y una gobernanza financiera más allá del mero uso de una moneda única como el Euro.
Seguirá …..
Fernando Fuster-Fabra Fdz.
Consultor Estratégico en
Asuntos Europeos desde 1988