Policia protegiendo los accesos a la sede del Partido Popular en la calle Génova (Madrid) el 15-S
“El que se obstina con una idea es un necio, el que se ilusiona un ingenuo y el que la desarrolla para aprovecharla un sabio.”
– Fernando Fuster-Fabra Fdz.
en
Gobernando con un Par de … (ensayo)
Desconozco si la protesta celebrada hoy, 15 de setiembre, en contra de los recortes del Gobierno de España se programó pensando en que el 15-S marca el 4º aniversario del estallido de la crisis del sub-prime que se llevó por delante a la firma norteamericana Lehman Brothers.
Tampoco es que importe demasiado. Lo realmente relevante es que el mes de setiembre hace 4 años trajo los primeros nubarrones al escenario macro-económico mundial, y desde entonces, nos hemos visto hundidos en un abismo.
En España, Mariano Rajoy, finalmente, ha tomado la palabra para intentar cosechar de esa calma chica que parece haberle dado el anuncio del BCE a la prima de riesgo española, sin más. Lamentablemente, su aparición ha sido un total despropósito que hace suponer que este setiembre ciertamente es un mes negro.
Iré al grano esbozando punto por punto los errores garrafales de este mandatario sin estrategia, que como dijo ante los telespectadores en su desafortunada entrevista hace una semana, está tomando las decisiones improvisando. Y que no diga que no dijo exactamente eso con sus evasivas, si por lo menos quiere mi respeto a su persona por su alto cargo, ya que no se lo podré otorgar en su condición personal.
De las últimas decisiones tomadas y ratificadas en Consejo de Ministros, este Gobierno,:
1. Después de 8 meses, ha perdido la ocasión de dar ejemplo para hacer creíble su voluntad de ahorro que justificara las medidas de recortes en los gastos del Estado.
En mi ensayo, Si Fuera Presidente, propongo una estructura de gobierno http://www.lulu.com/spotlight/fusterfabra con solamente 5 ministerios, 3 con mayores competencias interactivas y 2 para la cobertura de los demás asuntos prioritarios. El Gobierno Rajoy tiene un gabinete con 13 ministros, con apenas un ahorro de 2 puestos ministeriales comparado con el último gabinete de su antecesor. Lo que nunca han anunciado desde su llegada es si de La Moncloa siguen dependiendo tantos (o más) asesores que las que hubo en tiempos de Rodríguez Zapatero.
Además, los 13 que conforman este gobierno han demostrado en numerosas ocasiones su descoordinación y malas relaciones, probable causa de los fallos en la comunicación plagada de mensajes contradictorios. Me pregunto si las ambiciones personales de algunos pudiera ser una de las causas de este mal ambiente interministerial.
Tampoco ha de olvidarse que se ha hecho patente que algunos ministros arrastran lealtades ajenas a los intereses del Estado a cual juraron su lealtad, quizá por intereses propios o de terceros a quienes deban fidelidad, poco loable en un gabinete permanente de crisis en esta nuestra actual situación económica.
2. La división del área económica entre 3 ministerios – Economía, Hacienda e Industria – es fuente de continuos conflictos que hacen poco creíble una política económica de gobierno. Lo que el Presidente no parece haber sopesado es que, desde el principio, asumió la presidencia de la Comisión Económica, lo que le hace el máximo responsable de la estrategia y de las acciones tomadas, indistintamente del ministerio que lo inicie y/o gestione.
En segundo lugar, este triunvirato económico no ha desarrollado una política económica sostenible. Me refiero a que la economía debe incorporar unos parámetros más allá de lo puramente económico para tener en cuenta los compromisos de España dentro del Plan Europa 2020 en el terreno de protección del medioambiente y la reducción de los efectos dañinos del CO2, por citar uno de los elementos prioritarios. En ese mismo aspecto, está el compromiso de potenciar las energías renovables en detrimento de la nuclear, cosa que se incumple al tasar por igual el Ministerio de Industria a las distintas empresas generadoras de energía, sin tener en cuenta su efecto sobre el medioambiente.
Aquí cabe destacar que el responsable de la cartera de Medioambiente no es la persona más idónea para esas funciones ni su vinculación a Agricultura sin tutela de un coordinador del ‘desarrollo sostenible’ la estructura más eficaz para garantizar una política económica y medioambiental coherente, acorde a nuestros firmes compromisos con el resto de los socios de la UE.
3. A colación, cabe decir que el Ministerio de Agricultura y Medioambiente, con los recortes, ha puesto en riesgo el patrimonio natural de España en la mala gestión de las deflagraciones sucesivas que han quemado la mayor extensión de bosques en los últimos lustros, con una veintena de incendios importantes que han arrasado más de 100.000 hectáreas.
En mi citado libro, propuse en 2011 que se crearan nuevos puestos de trabajo para luchar contra los incendios y otros actos contra el medioambiente. Ello hubiese aliviado el creciente paro. Para ello, los recortes tendrían que haberse planificado de otra manera, poniendo énfasis en ministerios con Defensa en lugar de Medioambiente, entre otros. Aquí habría que explicar en detalle mi propuesta que permitiría crear empleo temporal y estable, con mucho menos dinero que lo que ya se ha enterrado en el rescate de bancos quebrados, a la sombra de los chanchullos partidistas en varias cajas de ahorros reconvertidas y rescatadas, pero no quiero extenderme.
4. El aplazamiento de la decisión del rescate del Estado es sospechoso y parece ser una repetición de la decisión del Gobierno Rajoy de aplazar el anuncio de los presupuestos 2012 hasta después de las elecciones autonómicas andaluzas el pasado 25-M por motivos puramente partidistas.
Hay que recordar que esa acción fue interpretada como demasiado partidista en los mercados financieros, dejando la credibilidad no sólo de Rajoy sino también de su gobierno por los suelos. Así lo dejó claro el Financial Times en un artículo que ponía al Presidente en evidencia.
Hoy, estamos ante otro de los actos de ‘dejar pudrir’ tan típicos de Mariano Rajoy, esta vez con las elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco del 25-O en mente. ¿Qué pasará después de esas 2 citas electorales?
4. Finalmente, el Gobierno Rajoy ha decidido modificar el Código Penal para endurecerlo en unos puntos pero ha dejado a un lado lo que en esta actual situación clama al cielo – los delitos de ‘terrorismo económico’ que cometen políticos, banqueros, empresarios y grupos de presión sin el mínimo riesgo de que sean condenados a prisión incondicional hasta la total restitución de lo defraudado o ilegítimamente apoderado en el ejercicio de sus funciones y/o altos cargos. Todo lo contrario, se han ido concediendo amnistías a personajes relevantes indignos del respeto de la ciudadanía por sus actos.
Este fin de semana, tenemos el claro ejemplo de un personaje que habiendo sido condenado por sus manipulaciones financieras hace unas décadas, y sin resarcir a los perjudicados, no sólo amasó una fortuna mientras cumplía un tiempo relativamente corto en la cárcel sino que hoy se atreve a presentarse como el ‘salvador de España’ en tiempos de crisis.
Mariano Rajoy, el Presidente de Gobierno, no parece querer ver la realidad.
Criticó a su predecesor para ganar las elecciones aquel nefasto 20-N pero sin haber cumplido el año en el cargo ha cometido no sólo las mismas faltas de las cuales acusaba a Rodríguez Zapatero sino que ha agravado el asunto con actuaciones incoherentes y bastante partidarias, haciendo casi nulas las posibilidades de recuperación de la economía española a corto-medio plazo.
Ha anulado la probabilidad de crecimiento y creación de empleo con una mezquina política de ahorro presupuestario mediante recortes arbitrarios sin planificación estratégica a medio-largo plazo.
Sus acciones nos han llevado a las puertas de una ruptura definitiva entre los actores sociales de la economía estatal, y hasta hacerlo extensivo a las relaciones con los estamentos autonómicos constitucionalmente establecidos.
¿Será el trasluciente Rajoy uno de los modernos jinetes negros del apocalipsis de la moribunda democracia española?
Aun siendo el presidente que ganó unas elecciones al cual debo ese respeto por su cargo, lamento no poder creer ni sus palabras ni tener confianza en su modo de ejercer el cargo.
Como ciudadano, no me siento representado ni por él ni por su gobierno.
¿Cuánto habrá que esperar a que resuelvan esta desagradable sensación que sentimos bastante ciudadanos independientes no afiliados a ninguna ideología?
Fernando Fuster-Fabra
Barcelona – Sitges